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Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina

Ante la proliferación de las estafas virtuales con modalidades que van cambiando con el correr del tiempo es necesario aprender sobre ellas para poder prevenirlas. Para ello es importante tener presente los siguientes diez puntos.

1- NO CONFIAR EN TODO LO QUE ME DICEN O TODO LO QUE ME MUESTRAN POR INTERNET

En la mayoría de las estafas el estafador dice ser alguien que no es, dice tener un cargo o trabajo que no tiene o sostiene otras mentiras varias. Así, dice ser empleado de un banco, de un ministerio, de una empresa de telefonía o de internet o ser policía.

Para tratar de hacer su relato más creíble, puede aportar falsas fotografías de él, de su documento, de su trabajo, de supuestas transferencias bancarias o de cualquier otra situación. Puede también utilizar un perfil de WhatsApp o red social con el nombre y logo de una empresa o de una institución.

Puede además decirle a la víctima algunos datos sobre ella que la hagan pensar que está hablando con la persona que dice ser, pero esos datos los ha conseguido de otra forma. Como regla general, hay que recordar que por internet y por teléfono es muy fácil aparentar.

Por eso hay que actuar siempre con cautela y, ante cualquier duda, no hacer nada de manera apresurada y pedir ayuda o recomendación.

2- NO BRINDAR NI DEJAR QUE TOMEN DATOS DE MIS TARJETAS

Dar los datos de nuestras tarjetas (de crédito o de débito) permite que las personas que los obtienen las usen para hacer compras u operaciones, a nombre y a costa nuestra.

Por eso nunca debemos revelar esa información. Tampoco debemos enviar fotografías de nuestras tarjetas ni dejar que otras personas se las tomen o puedan memorizar todos sus números.

También tenemos que ser muy cuidadosos cuando compramos por internet poniendo el número de la tarjeta, porque si la página de compra no es confiable ese número puede ser utilizado para hacer otros gastos que vendrán a nuestra cuenta.

3- NO INTRODUCIR MIS DATOS BANCARIOS EN NINGUNA PLANILLA O VENTANA SIN ESTAR SEGURO DE SU ORIGEN

Introducir nuestro usuario y contraseña bancaria en una planilla o ventana o página web permite que la persona que recibe esa información luego pueda ingresar a nuestra cuenta.

Por ejemplo, es habitual que lleguen mails simulando ser de bancos o de instituciones oficiales que solicitan “ratificar” o “actualizar” los datos bancarios, para que brindemos esos datos a un estafador.

Cuando se recibe un mail, para saber verdaderamente de quien proviene, hay que mirar su dirección de correo y no limitarse a mirar el nombre del remitente, porque el nombre lo fija cada usuario y puede mentir. 

Ante cualquier duda lo recomendable es que consultemos directamente con el banco antes de dar ningún dato. También es muy importante verificar que las páginas web en las que vamos a ingresar datos personales sean auténticas.

Ello se puede comprobar advirtiendo que los sitios certificados poseen la presencia de la letra “s” después del http, o aparece un candado antes de la dirección web.

4- NO BRINDAR NINGÚN CÓDIGO QUE ME GENERE EL CAJERO AUTOMÁTICO

Es común que, con distintas excusas (por ejemplo, para “destrabar” una transferencia que dice que nos hizo y que no nos llega), haciéndose pasar por personal de un banco o de algún organismo del Estado; un estafador pretenda que acudamos a un cajero automático a realizar allí una operación.

Frente a un cajero es importante, no sólo no hacer ninguna transferencia sobre la que no estemos seguros, sino también no revelar ningún código de seguridad que ese cajero nos dé.

Esos códigos son para habilitar nuestro banco por internet (homebanking). Si el estafador accede a ellos podrá acceder a nuestra cuenta bancaria y operar allí como si fuéramos nosotros.

5- NO BRINDAR NINGÚN CÓDIGO QUE ME LLEGUE POR TELÉFONO O POR MAIL

Puede que en una conversación un estafador, haciéndose pasar por empleado de algún organismo o empresa, diga que nos llegará al teléfono o al mail un código que nosotros debemos decirle a él para hacer una “confirmación”, pedir un turno, obtener un beneficio o validar algún procedimiento.

Ese código, en verdad, es una clave de recupero de WhatsApp o de alguna red social. Nos llega a nuestro teléfono o mail como si nosotros la hubiéramos pedido, para recuperar el acceso.

Si nosotros lo revelamos, el estafador podrá tomar el control de nuestro WhatsApp o red social y desde allí realizar estafas haciéndose pasar por nosotros. Además, podrá acceder a nuestra privacidad.

6- NO TRANSFERIR DINERO A CONOCIDOS QUE ME LO SOLICITEN, SIN ASEGURARME QUE EN VERDAD SEAN ELLOS QUIENES LO PIDEN

Si un conocido sufrió un hackeo en su WhatsApp o en sus cuentas de redes sociales, puede que desde allí el estafador nos escriba en privado o realice publicaciones haciéndose pasar por nuestro conocido. Puede que incluso imite su forma de expresarse.

Por eso, si por WhatsApp o por una red social se nos pide dinero “por una urgencia” o porque se está haciendo una venta, lo prudente es que llamemos por teléfono a la persona y asegurarnos que en verdad ella sea la que le escribe.

7- NO TRASFERIR DINERO PARA COMPENSAR TRASFERENCIAS EQUIVOCADAS DE DESCONOCIDOS HASTA NO ACLARAR LA SITUACIÓN

Una forma de estafa se da simulando el estafador estar interesado en comprar un producto que uno vende. Pero al momento de hacer transferencia, como seña o como pago total, el comprador/estafador finge un error y envía un falso comprobante de transferencia del que surge que envió un pago mucho mayor.

Luego, con desesperación, el estafador pide la devolución de la diferencia que “pagó de más”. Es importante, antes de hacer cualquier devolución, que nos aseguremos que el dinero entró efectivamente en nuestra y, si es así, que sólo devolvamos a la misma cuenta de la que el dinero provino (para estar seguros de no ser nosotros, involuntariamente, parte de una estafa a otra persona).

8- NO TRANSFERIR DINERO PARA HABILITAR O “DESTRABAR” UNA PRESUNTA TRANSFERENCIA QUE NO ME LLEGA

Existe una variante de estafa en la que el estafador dice que nos hizo una transferencia pero que ésta quedó paralizada, trabada o “congelada” por un problema en nuestra cuenta. Puede mandarnos un comprobante de esa transferencia a nuestra cuenta, que es falso.

A continuación, nos dice que para solucionar la situación debemos hacer nosotros una transferencia desde nuestra cuenta y que luego se nos devolverá el monto de esa transferencia y nos llegará el dinero que está paralizado de la transferencia anterior. Para hacer esto más creíble es posible que nos llame otra persona, diciendo que es personal de nuestro banco, y confirmando lo que nos dice el estafador.

El estafador también suele tratar de generarnos temor diciendo que si no hacemos la transferencia nuestra cuenta quedará bloqueada o sufriremos una sanción por parte de AFIP. Por ello, ante cualquier duda de si existe una transferencia a nuestro favor que quedó paralizada, debemos acudir al banco.

9- NO DESCARGAR NINGUNA APLICACIÓN NI ARCHIVO ENVIADO POR UN DESCONOCIDO Y QUE NO SEPA PERFECTAMENTE QUÉ ES Y CÓMO FUNCIONA

Existen aplicaciones que, al activarlas, permiten que otra persona, a la distancia, tome el control de nuestro teléfono celular o computadora. Esas aplicaciones se utilizan para dar servicios técnicos por internet, pero pueden también utilizarse para estafas. Si descargamos la aplicación y la activamos (sin saber lo que es) podemos permitir con eso que un estafador maneje nuestro teléfono o computadora.

El estafador podrá, por ejemplo, hacer transferencias bancarias o hacer compras como si fuéramos nosotros. La aplicación más común que permite ese control remoto es “Quicksupport”, de “Team Viewer”, pero algunos estafadores intentan disimular ese nombre poniendo carteles que nos lleven a pensar que el link es de otra aplicación.

Por eso debemos mirar bien la dirección de cualquier link antes de ingresar y no descargar ni activar nada por indicación de un desconocido.

Los archivos pueden contener virus informáticos que son programas que se instalan en nuestros equipos y causan daño. Ese daño puede consistir en borrar información, enviarla a otra persona o encriptarla para que no podamos tener acceso salvo que paguemos una suma de dinero para recuperarla.

También, un virus informático instalado en nuestro teléfono o computadora puede facilitarle a un tercero claves privadas de bancos o redes sociales, lo que da lugar a estafas.

Por otra parte, los virus pueden enviarse automáticamente desde una computadora o teléfono a los contactos del dueño de ese equipo sin que estos lo sepan. Por eso, aunque el archivo extraño venga de un conocido, es importante no abrirlo hasta que éste no nos confirme que él fue el que lo envió.

10- NO UTILIZAR SIEMPRE LA MISMA CONTRASEÑA: DOBLE FACTOR DE AUTENTICACIÓN Y CONTRASEÑAS SEGURAS PARA PROTEGER MIS CUENTAS

El doble factor de autenticación añade una segunda capa de protección reforzando el nivel de seguridad de nuestras cuentas de usuario y de nuestros datos personales. Esto lo logra utilizando dos métodos distintos para validar nuestra identidad.

El primer método generalmente es una contraseña segura, y el segundo método podría ser un código que es remitido a través de un correo electrónico o un mensaje de texto, preguntas de seguridad, reconocimiento facial, etc.

Al requerir dos factores de autenticación, se dificulta que un atacante pueda acceder a la cuenta de un usuario solo con conocer o robar su contraseña. Para crear una contraseña nunca utilices información personal (fecha de nacimiento, un apodo, el nombre de tu mascota o de la calle donde vives) porque ello hace que tu contraseña sea más vulnerable, ya que es información que posiblemente tengas en tus redes sociales o en algún sitio web público.

Elegí contraseñas largas ya que, mientras más caracteres tenga una contraseña, será más difícil de descifrar y, por lo tanto, tendrá un mayor nivel de seguridad.

En general, se recomienda que las contraseñas tengan 10 o 12 caracteres como mínimo. Procura que sea totalmente diferente y única para cada una de tus plataformas o cuentas porque de esta forma, aunque logren descifrar una de tus contraseñas, no podrá acceder a toda tu información.

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